Sujetos salieron del coche frente a un cuartel de policía y dispararon; la explosión derrumbó un edificio.
Hombres armados atacaron oficinas de la policía en la ciudad pakistaní de Lahore este miércoles, activando un coche bomba que causó la muerte de al menos 22 personas, en un ataque que según el gobierno buscó vengarse de una ofensiva contra los talibanes.
Ningún grupo se ha adjudicado la responsabilidad por el ataque, que dejó casi 300 personas heridas y extensos daños.
Hubo una serie de advertencias que anunciaron el hecho, aparentemente en represalia por la ofensiva del ejército contra militantes en la región de Swat, en el noroeste del país.
La explosión también se produjo después de que el general David Petraeus, jefe de Comando Central estadunidense, estuvo en Islamabad el martes para reunirse con líderes del gobierno y el ejército.
La bomba, que según las autoridades fue un ataque suicida, derribó un edificio de un servicio de ambulancias del gobierno y dañó una oficina cercana de la principal agencia de inteligencia del ejército.
El funcionario de la ciudad Khusro Pervez Khan dijo que 22 personas murieron y 285 resultaron heridas. Los socorristas buscaban entre los escombros, por lo cual la cifra de muertos puede ascender, dijo otro funcionario.
Justo antes de la explosión, dos hombres salieron de un auto y comenzaron a disparar contra guardias de policía en la puerta de entrada, dijo el ministro de Justicia provincial Rana Sanaullah a periodistas, añadiendo que varios sospechosos fueron detenidos más tarde.
Testigos dijeron que cuatro hombres armados salieron del vehículo y empezaron a disparar.
"Entre cuatro y cinco hombres salieron del auto y dispararon a la policía, que intentó frenarlos", dijo el abogado Subtain Akhtar Bokhari.
Un hombre relató a Express TV que había visto a cuatro hombres vestidos de negro disparando indiscriminadamente antes de la explosión.
La violencia militante ha crecido en Pakistán desde mediados del 2007, con numerosos ataques contra las fuerzas de seguridad, al igual que blancos del gobierno y occidentales. Lahore, Pakistán. Reuters (La Jornada)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario