viernes, 22 de mayo de 2009

Crece la indignación en Irlanda por abuso infantil

Víctimas de religiosos lamentan que informe no revele nombres

Las asociaciones de víctimas de los abusos sexuales y físicos perpetrados por religiosos en Irlanda protestaron ayer por unas declaraciones de la Iglesia Católica británica, que califica de “valientes” a los agresores confesos.
Esa supuesta defensa de los sacerdotes pederastas se atribuye al arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, quien ayer fue elevado a la máxima autoridad católica de Inglaterra y Gales. Nichols aseguró que las revelaciones del informe sobre el sistemático abuso de menores durante casi 70 años son perturbadoras, pero destacó el “valor” de los miembros del clero que reconocieron sus acciones pasadas.
En tanto, en Irlanda ha cundido la indignación porque los victimarios quedaron en el anonimato. La investigación sobre el abuso de niños por parte de varias órdenes religiosas católicas en Irlanda trazó un crítico retrato de un sistema que protegió a los violadores de menores de la acción de la justicia y atrapó a generaciones de los niños más pobres entre los años 30 y 90.
“Creo que se dará un paso hacia adelante en nuestra curación si los abusadores son nombrados y avergonzados”, dijo Christine Buckley, de 62 años, que pasó sus primeros 18 años en un orfelinato de Dublín administrado por las Hermanas de la Caridad.
La presidenta de Irlanda, Mary McAleese, denunció ayer lo que calificó de “atroz traición del amor” por parte de clérigos católicos hacia los niños. Ella elogió a las víctimas por exigir que fuese revelada la verdad, pese a que la sociedad católica irlandesa dudaba de las denuncias y miraba para otro lado.
“´Este informe reivindica profundamente la decisión” de las víctimas “de romper ese silencio”, dijo McAleese.
Pero las víctimas, en la actualidad entre sus 50 y sus 80 años de edad, dijeron el miércoles que el informe, pese a su amplitud y a sus detalles, no divulgó lo que ellos consideraban más importante: el nombre de los victimarios.
Y eso se debe a que una orden religiosa que figura en el centro de las denuncias, la de los Hermanos Cristianos, logró demandar de manera exitosa a los investigadores con el objetivo de impedir que se mantengan en secreto los nombres de los abusadores. Dublín, Irlanda. EFE y AP (El Universal)

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