El gobierno de Barack Obama dice no tener participación en el golep de Estado del país centroamericano; sin embargo, el avión que exilió a Zelaya hizo una parada para repostar combustible en una base con militares de EU
Las fuerzas estadounidenses indicaron el domingo que sus soldados en Honduras no participaron e incluso desconocían la existencia de un vuelo que envió al exilio al derrocado presidente Manuel Zelaya durante el reciente golpe de estado en el país.
Zelaya dice que el avión militar hondureño que lo envió a Costa Rica el 28 de junio hizo una escala para reabastecerse de combustible en Soto Cano, una base aérea de Honduras en la que se encuentran apostados 600 militares estadounidenses, incluyendo soldados, marineros y pilotos, los cuales participan en operaciones antinarcóticos y otras misiones en América Central.
Las fuerzas estadounidenses en Soto Cano "no estuvieron involucradas en el vuelo que llevó al presidente Zelaya a Costa Rica el 28 de junio", dijo Robert Appin, portavoz del Comando Sur, en un correo electrónico enviado a The Associated Press. Las tropas de Estados Unidos "no tenían conocimiento ni participaron en las decisiones tomadas para que el avión aterrizara, se reabasteciera de combustible y despegara".
Appin dijo que las tropas estadounidenses en Soto Cano han dejado de efectuar ejercicios conjuntos con los militares hondureños desde el golpe de estado.
"Las fuerzas estadounidenses reconocen que la situación debe ser solucionada por los hondureños y sus instituciones democráticas de acuerdo con el estado de derecho", afirmó Appin.
Por otro lado, una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) constatará a partir del lunes la situación de los derechos humanos en Honduras luego del golpe de estado.
El gobierno del presidente estadounidense Barack Obama ha cancelado millones de dólares en ayuda destinada a las fuerzas hondureñas y su población, en un esfuerzo por presionar al país con el fin de que Zelaya regrese al poder.
Por el momento, Washington ha decidido no ir más allá, y no ha impuesto sanciones comerciales que podrían afectar duramente a la economía hondureña, la cual depende mucho de sus exportaciones a Estados Unidos.
Zelaya, un acaudalado hacendado que durante su presidencia estrechó el contacto de su país con el presidente venezolano Hugo Chávez, de tendencia izquierdista, ha expresado su frustración de que la Casa Blanca no haya aplicado sanciones más duras al gobierno de facto en Honduras.
Durante una visita a Brasil la semana pasada, Zelaya habló de la escala que hizo el avión en Soto Cano, también conocida como Palmerola, y expresó sus sospechas de que Estados Unidos haya sido cómplice en el golpe de estado, aunque hizo énfasis en que no cree que hayan estado involucrados altos funcionarios del gobierno de Obama.
Patricia Valle, que fungió como vicecanciller en el gobierno de Zelaya, reiteró esas sospechas el sábado, aunque no dio evidencias de que personal estadounidense en la base haya interactuado con los oficiales militares hondureños en el avión ni de que hayan estado enterados que Zelaya estaba a bordo. Dijo que el mandatario no descendió de la nave durante esa escala.
Fred Lash, vocero del Departamento de Estado, dijo en Washington en respuesta a esas afirmaciones que la "base aérea Soto Cano en Honduras es una base militar hondureña bajo el control de las autoridades militares hondureñas. Estados Unidos no fue informado por adelantado del uso de la base aérea Soto Cano como una escala para reabastecer combustible al avión que transportó al presidente Zelaya al exilio".
El gobierno del presidente interino Roberto Micheletti intenta resistir la presión internacional para que regrese a Zelaya a la presidencia antes de las elecciones del 29 de noviembre. Insiste en que el mandatario fue retirado legalmente de su puesto tras violar órdenes de la corte con el fin de convocar a un referendo para preguntarle a los votantes si respaldarían reformas a la Constitución.
La misión de la CIDH se "trasladará a diferentes regiones del país para relevar (recabar) información y recibir denuncias sobre violaciones a los derechos humanos cometidas en el contexto del golpe de estado", dijo el organismo en un comunicado previo a la visita.
Si bien Honduras fue suspendida del seno de la Organización de los Estados Americanos tras el golpe de estado, la visita de la CIDH se realiza amparada bajo la ratificación _en 1977_ del país centroamericano a la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Las denuncias por parte organizaciones de derechos humanos en Honduras y de los líderes del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado se intensificaron esta semana cuando varias manifestaciones que exigen el retorno de Zelaya derivaron en disturbios violentos y daños a comercios.
Entretanto, una comisión negociadora de Micheletti viajará de nuevo el lunes a Washington a continuar entrevistándose con políticos de Estados Unidos en busca de una salida a la situación que vive el país, según informó el gobierno de facto.
El grupo se reunió la semana pasada con el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza. Lo integran Mauricio Villeda, ex candidato presidencial del oficialista Partido Liberal; Arturo Corrales, ex candidato presidencial del centroizquierdista Partido Democracia Cristiana, y la ex presidenta de la Corte Suprema, Vilma Morales, así como el canciller designado Carlos López, que no irá a la capital norteamericana. Tegucigalpa, Honduras/AP (El Universal)
Zelaya dice que el avión militar hondureño que lo envió a Costa Rica el 28 de junio hizo una escala para reabastecerse de combustible en Soto Cano, una base aérea de Honduras en la que se encuentran apostados 600 militares estadounidenses, incluyendo soldados, marineros y pilotos, los cuales participan en operaciones antinarcóticos y otras misiones en América Central.
Las fuerzas estadounidenses en Soto Cano "no estuvieron involucradas en el vuelo que llevó al presidente Zelaya a Costa Rica el 28 de junio", dijo Robert Appin, portavoz del Comando Sur, en un correo electrónico enviado a The Associated Press. Las tropas de Estados Unidos "no tenían conocimiento ni participaron en las decisiones tomadas para que el avión aterrizara, se reabasteciera de combustible y despegara".
Appin dijo que las tropas estadounidenses en Soto Cano han dejado de efectuar ejercicios conjuntos con los militares hondureños desde el golpe de estado.
"Las fuerzas estadounidenses reconocen que la situación debe ser solucionada por los hondureños y sus instituciones democráticas de acuerdo con el estado de derecho", afirmó Appin.
Por otro lado, una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) constatará a partir del lunes la situación de los derechos humanos en Honduras luego del golpe de estado.
El gobierno del presidente estadounidense Barack Obama ha cancelado millones de dólares en ayuda destinada a las fuerzas hondureñas y su población, en un esfuerzo por presionar al país con el fin de que Zelaya regrese al poder.
Por el momento, Washington ha decidido no ir más allá, y no ha impuesto sanciones comerciales que podrían afectar duramente a la economía hondureña, la cual depende mucho de sus exportaciones a Estados Unidos.
Zelaya, un acaudalado hacendado que durante su presidencia estrechó el contacto de su país con el presidente venezolano Hugo Chávez, de tendencia izquierdista, ha expresado su frustración de que la Casa Blanca no haya aplicado sanciones más duras al gobierno de facto en Honduras.
Durante una visita a Brasil la semana pasada, Zelaya habló de la escala que hizo el avión en Soto Cano, también conocida como Palmerola, y expresó sus sospechas de que Estados Unidos haya sido cómplice en el golpe de estado, aunque hizo énfasis en que no cree que hayan estado involucrados altos funcionarios del gobierno de Obama.
Patricia Valle, que fungió como vicecanciller en el gobierno de Zelaya, reiteró esas sospechas el sábado, aunque no dio evidencias de que personal estadounidense en la base haya interactuado con los oficiales militares hondureños en el avión ni de que hayan estado enterados que Zelaya estaba a bordo. Dijo que el mandatario no descendió de la nave durante esa escala.
Fred Lash, vocero del Departamento de Estado, dijo en Washington en respuesta a esas afirmaciones que la "base aérea Soto Cano en Honduras es una base militar hondureña bajo el control de las autoridades militares hondureñas. Estados Unidos no fue informado por adelantado del uso de la base aérea Soto Cano como una escala para reabastecer combustible al avión que transportó al presidente Zelaya al exilio".
El gobierno del presidente interino Roberto Micheletti intenta resistir la presión internacional para que regrese a Zelaya a la presidencia antes de las elecciones del 29 de noviembre. Insiste en que el mandatario fue retirado legalmente de su puesto tras violar órdenes de la corte con el fin de convocar a un referendo para preguntarle a los votantes si respaldarían reformas a la Constitución.
La misión de la CIDH se "trasladará a diferentes regiones del país para relevar (recabar) información y recibir denuncias sobre violaciones a los derechos humanos cometidas en el contexto del golpe de estado", dijo el organismo en un comunicado previo a la visita.
Si bien Honduras fue suspendida del seno de la Organización de los Estados Americanos tras el golpe de estado, la visita de la CIDH se realiza amparada bajo la ratificación _en 1977_ del país centroamericano a la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Las denuncias por parte organizaciones de derechos humanos en Honduras y de los líderes del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado se intensificaron esta semana cuando varias manifestaciones que exigen el retorno de Zelaya derivaron en disturbios violentos y daños a comercios.
Entretanto, una comisión negociadora de Micheletti viajará de nuevo el lunes a Washington a continuar entrevistándose con políticos de Estados Unidos en busca de una salida a la situación que vive el país, según informó el gobierno de facto.
El grupo se reunió la semana pasada con el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza. Lo integran Mauricio Villeda, ex candidato presidencial del oficialista Partido Liberal; Arturo Corrales, ex candidato presidencial del centroizquierdista Partido Democracia Cristiana, y la ex presidenta de la Corte Suprema, Vilma Morales, así como el canciller designado Carlos López, que no irá a la capital norteamericana. Tegucigalpa, Honduras/AP (El Universal)
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