jueves, 13 de agosto de 2009

Espaldarazo de Lula a Zelaya

El presidente centroamericano y su par brasileño instaron a EU a ser más enérgico con los golpistas; el mandatario sudamericano apoya que los próximos comicios de noviembre sean desconocidos.

El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, y el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, coincidieron ayer en que Estados Unidos debe asumir una actitud “más enérgica” para convencer “a los golpistas de que no tienen futuro”. Zelaya fue recibido ayer por Lula para analizar la situación que está planteada en Honduras 44 días después del golpe de Estado y de que el depuesto mandatario fue expulsado de su país, quien fue reemplazado en el poder por Roberto Micheletti, hasta ese momento líder del Legislativo.
Tras el encuentro, que duró cerca de dos horas, Zelaya insistió en que la única forma de restablecer la paz y el orden democrático en Honduras es su regreso a la Presidencia, lo que, dijo convencido, ocurrirá “más temprano que tarde”. Reiteró, sin embargo, que por la gran influencia que tiene en la región, para eso es necesario que Estados Unidos “sea más firme” y adopte una presión “más enérgica” sobre el Gobierno de facto. “Me consta que el gobierno de (Barack) Obama no ha participado en el golpe de Estado” del 28 de junio en Honduras y además impulsó la condena a los golpistas en la ONU, dijo Zelaya, pero es necesaria “una posición más firme en el sentido que estos ataques a la democracia no pueden volver a repetirse”. El derrocado presidente hondureño dijo que ha sido “invitado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para viajar a Estados Unidos y discutir la situación en Honduras. “Espero poder hacerlo en las próximas semanas, pero por el momento no tenemos nada confirmado”, indicó. En la visión de Zelaya, una de las alternativas para consolidar el repudio internacional al golpe es que el llamado Plan Arias (propuesto por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias) aún consiga llegar a una salida para el retorno de la democracia. No obstante, recordó que el avión utilizado para expulsarlo del país hizo una escala en la base militar de Palmerola, que es controlada por Honduras y Estados Unidos. “El Pentágono tenía que saber que el avión estaba siendo utilizado para un golpe de Estado”, comentó.
Zelaya afirmó que si regresa al poder “pacíficamente” el proceso electoral previsto para el 29 de noviembre “se cumple” y que él no podrá ser candidato a la Presidencia, pues “en Honduras no hay reelección”. Pero también garantizó que “el pueblo hondureño no irá a unas elecciones ilegítimas”, como consideró que serían si las convocara el gobierno de Michelleti, que ayer insistió en mantener los comicios para esa fecha. En ese sentido, dijo que recibió el respaldo de Lula para proponer a la OEA y a la ONU que se adopte como norma “el desconocimiento de las elecciones que surjan de un Estado ilegal” no solo para el caso de Honduras, sino para toda situación similar que pueda plantearse en el futuro en cualquier país. “Se trata de que esto que pasa en Honduras no se repita”, dijo.
En Tegucigalpa, miles de seguidores de Zelaya salieron de nuevo a las calles a reclamar su regreso y se enfrentaron con la policía, que utilizó bombas lacrimógenas y garrotazos para reprimirlos. Cuando los zelayistas marchaban desde el Parque Central hacia el edificio del Congreso, en el centro de la capital, la policía les lanzó bombas lacrimógenas y los manifestantes contraatacaron con piedras y rompieron ventanales de varios negocios. El diputado demócrata cristiano Ramón Velásquez Nazar, que apoya el golpe de Estado que depuso a Zelaya el 28 de junio, fue agredido por un grupo de manifestantes, pero la Policía logró rescatarlo. Durante el enfrentamiento, fueron detenidos unos cincuenta seguidores de Zelaya. Brasilia, Brasil/Agencias (Milenio)

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