Según el Grupo de Río, el acuerdo representa "la fórmula para restaurar el orden constitucional en ese país", y para ello "resulta imperativa la restitución inmediata del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya, que debe ser supervisada por la Comisión de Verificación encargada de asegurar el cumplimiento de dicho Acuerdo".
El Grupo de Río demandó la "restitución inmediata e incondicional" del presidente derrocado de Honduras, Manuel Zelaya, en un documento aprobado en la reunión de cancilleres que se realiza en Montego Bay, Jamaica, anunció hoy el gobierno brasileño.
"La restitución inmediata del presidente José Manuel Zelaya en el cargo para el que fue electo por el pueblo hondureño constituye un requisito indispensable para el restablecimiento del orden constitucional, del Estado de derecho y de la vida democrática en Honduras, así como para la normalización de las relaciones de la República de Honduras con el Grupo de Río y para que sea posible el reconocimiento de los resultados de las elecciones previstas para tener lugar el 29 de noviembre próximo", dijo la resolución.
El texto demanda además "el cumplimiento inmediato y en su integridad, sin dilación", del acuerdo firmado el viernes pasado en Tegucigalpa, en el que el gobierno de facto de Roberto Micheletti se comprometió a dejar al Congreso la decisión sobre el regreso de Zelaya al poder, lo que no ha sido cumplido hasta ahora.
Según el Grupo de Río, el acuerdo representa "la fórmula para restaurar el orden constitucional en ese país", y para ello "resulta imperativa la restitución inmediata del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya, que debe ser supervisada por la Comisión de Verificación encargada de asegurar el cumplimiento de dicho Acuerdo".
En el mismo documento, los cancilleres de los 24 países latinoamericanos y caribeños que integran el mecanismo de consultas y concertación política reiteraron su condena al golpe de Estado que derrocó a Zelaya el 28 de junio pasado y su demanda al respeto de los derechos humanos del pueblo hondureño.
Además, "un enérgico llamado para que cese el hostigamiento a la sede diplomática de Brasil en Tegucigalpa", que desde el 21 de septiembre alberga a Zelaya, para que "se garanticen su inviolabilidad, la de las personas bajo su protección, así como la libertad de movimiento de su personal y de todo el cuerpo diplomático acreditado en Honduras, en estricto apego a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas".
Según la agencia oficial brasileña ABR, la aprobación del documento se debió a la resistencia del gobierno de facto de Honduras en cumplir los compromisos asumidos en el acuerdo suscrito el viernes con los aliados de Zelaya, relatada ante los cancilleres del Grupo de Río por la canciller del presidente derrocado, Patricia Rodas, quien denunció a sus pares la existencia de "estado de represión" en Honduras.
Tras escuchar el relato de Rodas y del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, sobre la decisión de Micheletti de crear un gobierno de transición sin la participación de Zelaya, el canciller brasileño Celso Amorim defendió la aprobación de una nueva resolución sobre el tema.
"Lo que está en juego es la democracia en el continente y la credibilidad del sistema interamericano", expresó el ministro brasileño, quien agregó: "Es indispensable el regreso de Zelaya en tiempo hábil (antes de las elecciones). Brasil y muchos países de la región no reconocerán las elecciones sin que ello ocurra".
Según la agencia ABR, la misma posición fue manifestada por otros países americanos, lo que llevó a la canciller de México, Patricia Espinosa, a proponer una manifestación conjunta del Grupo de Río como fundamental para consolidar la posición del mecanismo en defensa del cumplimiento del acuerdo y del fin de la crisis en Honduras. Brasilia, Brasil
"La restitución inmediata del presidente José Manuel Zelaya en el cargo para el que fue electo por el pueblo hondureño constituye un requisito indispensable para el restablecimiento del orden constitucional, del Estado de derecho y de la vida democrática en Honduras, así como para la normalización de las relaciones de la República de Honduras con el Grupo de Río y para que sea posible el reconocimiento de los resultados de las elecciones previstas para tener lugar el 29 de noviembre próximo", dijo la resolución.
El texto demanda además "el cumplimiento inmediato y en su integridad, sin dilación", del acuerdo firmado el viernes pasado en Tegucigalpa, en el que el gobierno de facto de Roberto Micheletti se comprometió a dejar al Congreso la decisión sobre el regreso de Zelaya al poder, lo que no ha sido cumplido hasta ahora.
Según el Grupo de Río, el acuerdo representa "la fórmula para restaurar el orden constitucional en ese país", y para ello "resulta imperativa la restitución inmediata del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya, que debe ser supervisada por la Comisión de Verificación encargada de asegurar el cumplimiento de dicho Acuerdo".
En el mismo documento, los cancilleres de los 24 países latinoamericanos y caribeños que integran el mecanismo de consultas y concertación política reiteraron su condena al golpe de Estado que derrocó a Zelaya el 28 de junio pasado y su demanda al respeto de los derechos humanos del pueblo hondureño.
Además, "un enérgico llamado para que cese el hostigamiento a la sede diplomática de Brasil en Tegucigalpa", que desde el 21 de septiembre alberga a Zelaya, para que "se garanticen su inviolabilidad, la de las personas bajo su protección, así como la libertad de movimiento de su personal y de todo el cuerpo diplomático acreditado en Honduras, en estricto apego a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas".
Según la agencia oficial brasileña ABR, la aprobación del documento se debió a la resistencia del gobierno de facto de Honduras en cumplir los compromisos asumidos en el acuerdo suscrito el viernes con los aliados de Zelaya, relatada ante los cancilleres del Grupo de Río por la canciller del presidente derrocado, Patricia Rodas, quien denunció a sus pares la existencia de "estado de represión" en Honduras.
Tras escuchar el relato de Rodas y del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, sobre la decisión de Micheletti de crear un gobierno de transición sin la participación de Zelaya, el canciller brasileño Celso Amorim defendió la aprobación de una nueva resolución sobre el tema.
"Lo que está en juego es la democracia en el continente y la credibilidad del sistema interamericano", expresó el ministro brasileño, quien agregó: "Es indispensable el regreso de Zelaya en tiempo hábil (antes de las elecciones). Brasil y muchos países de la región no reconocerán las elecciones sin que ello ocurra".
Según la agencia ABR, la misma posición fue manifestada por otros países americanos, lo que llevó a la canciller de México, Patricia Espinosa, a proponer una manifestación conjunta del Grupo de Río como fundamental para consolidar la posición del mecanismo en defensa del cumplimiento del acuerdo y del fin de la crisis en Honduras. Brasilia, Brasil
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