Produjo un incendio en la estación de trenes de Viareggio y el derrumbe de edificios aledaños.
Al menos 14 personas murieron, cinco están desaparecidas y unas 16 quedaron heridas graves en Viareggio, noroeste de Italia, tras la explosión de un vagón cisterna cargado de GLP (Gas Licuado de Petróleo) que provocó un enorme incendio en la estación de trenes y derrumbes de varios edificios.
Según un balance aún provisional de la Protrección Civil, "al menos 14 personas murieron en la explosión", entre éstas dos niños.
Unas 34 personas están heridas, de las cuales 16 graves y cinco fueron dadas por desaparecidas.
Un balance anterior de los bomberos daba cuenta de 15 muertos y medio centenar de heridos.
La identificación de los muertos es particularmente difícil debido a que quedaron completamente carbonizados, explicó en una conferencia de prensa el responsable de la Protección Civil, Guido Bertolaso.
La mayoría de los heridos están internados con quemaduras graves y equipos de psicólogos han sido enviados para acudir a la población.
"Dios mío, Dios mío", "Virgen María", clamaban los habitantes en un video grabado por un aficionado transmitido por la cadena de noticias Sky TG 24 en el que se escuchan las explosiones en plena noche y se podían ver las llamas en medio de la oscuridad.
"Había cuerpos catapultados por la calle que habían sido eyectados de sus casas por la explosión, gente que huía con la piel llena de quemaduras, algo terrible", contó Roberto Galli.
"El gas se expandió, todo explotaba y quemaba", recuerda aún impresionado por las imágenes.
Tres violentas explosiones, seguidas por un importante incendio, se produjeron poco antes de la medianoche (22:00 horas GMT) en la estación ferroviaria situada en pleno centro de la pequeña ciudad, de 50 mil habitantes y afectaron un radio de 300 metros a la redonda.
Unos cuatro edificios quedaron completamente destrozados y los daños a las infraestrucructuras ferroviarias "son serios", reconoció Bertolaso.
"La cabina de la locomotora fue invadida por el gas, logramos escapar. Estamos vivos por un milagro", relató uno de los maquinistas del tren que pudo huir antes de la explosión.
"Oí una explosión y salí a la calle encontrándome con las llamas y desgraciadamente con un cuerpo carbonizado yaciendo en el suelo", explicó a la prensa un testigo.
"Ha sido una escena terrorífica que no podré olvidar nunca. Por el cuerpo no hemos podido hacer nada más que cubrirlo", explicó este empleado de una empresa farmacéutica cercana al lugar de la explosión.
El papa Benedicto XVI envió un telegrama de pésame a las autoridades religiosas de la región, mientras las tres mayores centrales sindicales ferroviarias convocaron a una hora de huelga el miércoles en Toscana para pedir mayor seguridad para los trabajadores de los ferrocarriles.
Por ahora no se conocen las razones del accidente, pero las autoridades estiman que probablemente ocurrió por un problema mecánico debido a falta de mantenimiento.
Un periodista pudo ver desde un puente cinco vagones descarrilados tendidos sobre los rieles, entre ellos la locomotora y el primer vagón, completamente negros por el fuego.
Según las primeras hipótesis, "el debilitamiento de la estructura" de un vagón debido a la ruptura de un eje podría ser la causa del descarrilamiento.
Los vagones pertenecen a una empresa privada austríaca y deben ser sometidos a revisiones regularmente cada 6 a 7 años.
El viceministro de Transporte, Roberto Castelli, no descarta un cambio de la reglamentación ya que con la privatización del transporte de mercancía, los vagones realizan muchos más kilómetros que en el pasado.
El jefe del gobierno italiano, el derechista Silvio Berlusconi, anunció que visitará la ciudad para "asumir la situación en sus manos", dijo.
Tras el accidente, la red ferroviaria sufría retrasos en toda la península, sobre todo en el norte.
El GLP es una mezcla de un 50 por ciento de butano y un 50 por ciento de propano. Es utilizado como carburante "ecológico" por numerosos automovilistas.
Este es el accidente ferroviario más grave en Italia desde el ocurrido el 7 de enero de 2005, cerca de Bolonia (centro), donde se produjo un choque entre un tren de carga y uno de pasajeros causando 17 muertos y 60 heridos. Viareggio, Italia/AFP (La Jornada)
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