Hay derecho a resistir; no paguen impuestos; con medidas firmes de EU esto no durará un suspiro, dijo.
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llamó a los hondureños a la insurrección contra el gobierno de facto de Roberto Micheletti, y aseguró que los ciudadanos de su país tienen "derecho a resistirse a la opresión".
En entrevista con la prensa española, expuso que tras la mediación del presidente costarricense Oscar Arias, regresará a Honduras "a poner orden democrático, deponer a los políticos fascistas y a la cúpula militar que quiere el país por las armas".
Zelaya llamó a la comunidad internacional a marcar un precedente para que esta situación no se repita y que los golpes de Estado sean parte de la historia "y que el que lo intente sea castigado".
Sobre la insurrección, reconoció que la apoya ya que "es un derecho constitucional del pueblo, está contemplada en la Constitución para resistirse a la opresión.
"Nadie tiene por qué negar el derecho a la existencia, a la vida, a la justicia, a la paz y salud. Eso es un pacto social que en Honduras se rompió. Lo rompieron los militares con sus bayonetas", explicó.
Agregó que la insurrección consiste en "no pagar impuestos y no obedecer órdenes salidas de un gobierno ilegítimo, que todo lo que hace es ilegítimo, nulo, y que el mundo no lo va a reconocer, está aislado".
"Volveré a Honduras haciendo todo lo que la Constitución me permite, hasta que ese grupo usurpador del poder se someta a las órdenes que ha dado la comunidad internacional, tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como Naciones Unidas (ONU) y el mediador", dijo.
Zelaya sostuvo que si bien teme por su vida porque en el gobierno de Micheletti "hay asesinos", no se amedrenta ni menoscaba su capacidad para seguir en este proceso.
Consideró que es un problema que va más allá de Honduras, y que por ello la comunidad internacional y países como España deben "cancelar las cuentas" con el gobierno de Micheletti, así como "los visados y viajes y no permitir el ingreso de ningún miembro del régimen golpista".
"Esto durará lo que dura un suspiro cuando Estados Unidos tome medidas claras en contra de los golpistas", manifestó Zelaya. Madrid, España/Notimex (La Jornada)
En entrevista con la prensa española, expuso que tras la mediación del presidente costarricense Oscar Arias, regresará a Honduras "a poner orden democrático, deponer a los políticos fascistas y a la cúpula militar que quiere el país por las armas".
Zelaya llamó a la comunidad internacional a marcar un precedente para que esta situación no se repita y que los golpes de Estado sean parte de la historia "y que el que lo intente sea castigado".
Sobre la insurrección, reconoció que la apoya ya que "es un derecho constitucional del pueblo, está contemplada en la Constitución para resistirse a la opresión.
"Nadie tiene por qué negar el derecho a la existencia, a la vida, a la justicia, a la paz y salud. Eso es un pacto social que en Honduras se rompió. Lo rompieron los militares con sus bayonetas", explicó.
Agregó que la insurrección consiste en "no pagar impuestos y no obedecer órdenes salidas de un gobierno ilegítimo, que todo lo que hace es ilegítimo, nulo, y que el mundo no lo va a reconocer, está aislado".
"Volveré a Honduras haciendo todo lo que la Constitución me permite, hasta que ese grupo usurpador del poder se someta a las órdenes que ha dado la comunidad internacional, tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como Naciones Unidas (ONU) y el mediador", dijo.
Zelaya sostuvo que si bien teme por su vida porque en el gobierno de Micheletti "hay asesinos", no se amedrenta ni menoscaba su capacidad para seguir en este proceso.
Consideró que es un problema que va más allá de Honduras, y que por ello la comunidad internacional y países como España deben "cancelar las cuentas" con el gobierno de Micheletti, así como "los visados y viajes y no permitir el ingreso de ningún miembro del régimen golpista".
"Esto durará lo que dura un suspiro cuando Estados Unidos tome medidas claras en contra de los golpistas", manifestó Zelaya. Madrid, España/Notimex (La Jornada)
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