La cumbre del Mercado Común en América del Sur inició con un mensaje firme sobre la dureza del golpe de Estado en el país centroamericano; el gran ausente de la reunión es el presidente venezolano Hugo Chávez
Los presidentes que asisten a la reunión cumbre del Mercado Común en esta capital coincidieron en que no es posible tolerar la destitución del mandatario hondureño Manuel Zelaya y criticaron con dureza el golpe de estado.
Al hacer su discurso en la reunión inaugural del viernes, el presidente anfitrión Fernando Lugo dijo que el caso de Honduras ''es una herida que sangra en la democracia regional''.
La presidenta argentina Cristina Fernández llegó media hora tarde a la reunión y tras disculparse, intervino enfatizando: ''sin estridencias, pero con certeza, no podemos tolerar la decisión de destituir a un gobierno democrático como el de (Manuel) Zelaya en Honduras y ese gobierno de facto llama a elecciones nuevas; entonces, está reconociendo que el proceso anterior era democrático''.
El presidente boliviano Evo Morales aclaró que ''el presidente (Barack) Obama no está comprometido en el golpe de estado de Honduras pero sí la estructura militar del comando sur''.
''Si Obama quiere que Manuel Zelaya vuelva a la presidencia de Honduras, hay que avisarle que los militares del comando sur están detrás del golpe'', agregó. Morales solicitó a sus pares que ''terminen con la presencia de militares norteamericanos o de cualquier otro país en nuestros países para que se asegure la democracia. Tenemos la obligación de expulsar a las bases norteamericanas porque no es posible que nuestras fuerzas armadas sigan siendo capacitadas cada año por el comando sur''.
''Si un grupo de izquierdistas o guerrilleros hubieran tomado el poder en Honduras, ese comando sur no hubiese tolerado el acto'', presumió. Terminó indicando que ''es tiempo de gobernar subordinados a nuestros pueblos''.
A su turno, Jaime Bermúdez, canciller de Colombia aclaró que en su país ''no existen bases norteamericanas, son bases colombianas pero con asistencia técnica de Estados Unidos. Colombia rechaza el golpe de estado en Honduras, desde el primer día''.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, tras opinar que sólo con la integración se pueden enfrentar las crisis internacionales, se refirió a Honduras: ''damos la condenación más vehemente al retroceso institucional y eso no podemos tolerar''.
La mandataria chilena Michelle Bachelet también exteriorizó su repudio:''lo único que podemos aceptar es que (Manuel) Zelaya recupere su cargo''.
El mandatario uruguayo Tabaré Vázquez consideró que ''el llamado a nuevas elecciones del presidente de facto de Honduras es ilegal; exigimos la pronta restitución de Manuel Zelaya en su cargo''.
La canciller de México, Patricia Espinosa, cuyo país asiste como invitado, dijo que su gobierno ''también condena el golpe de estado en Honduras''.
Espinosa aprovechó de poner a disposición de los países del Mercosur la producción de antivirales que tiene su país no solo para combatir la influenza AH1N1 sino otras enfermedades, expresó. ''México quiere participar en Mercosur'', señaló Espinoza.
La cumbre del Mercosur no pudo eliminar esta vez el doble arancel externo pero aprobó el uso de monedas locales en las transacciones comerciales regionales, descartando al dólar como referencia.
Además, decidió mantener el estado de alerta en la región por la pandemia de influenza AH1N1 y solicitar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) vacunas y antivirales a precios accesibles para la población pobre. La alianza del sur del continente ordenó a sus ministerios de Salud Pública intercambiar recursos humanos y conocimientos para enfrentar la enfermedad.La presidencia pro témpore del organismo será ejercida en los próximos seis meses por Uruguay.
Mercosur es integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos; en tanto Bolivia y Chile son estados asociados. Venezuela espera ingresar al bloque en lo que resta del año; faltan los acuerdos parlamentarios de paraguayos y brasileños.
El presidente venezolano Hugo Chávez no asistió a la cumbre pero sí lo hizo el vicepresidente Ramón Alonso Carrizales. Asunción, Paraguay/AP (El Universal)
Al hacer su discurso en la reunión inaugural del viernes, el presidente anfitrión Fernando Lugo dijo que el caso de Honduras ''es una herida que sangra en la democracia regional''.
La presidenta argentina Cristina Fernández llegó media hora tarde a la reunión y tras disculparse, intervino enfatizando: ''sin estridencias, pero con certeza, no podemos tolerar la decisión de destituir a un gobierno democrático como el de (Manuel) Zelaya en Honduras y ese gobierno de facto llama a elecciones nuevas; entonces, está reconociendo que el proceso anterior era democrático''.
El presidente boliviano Evo Morales aclaró que ''el presidente (Barack) Obama no está comprometido en el golpe de estado de Honduras pero sí la estructura militar del comando sur''.
''Si Obama quiere que Manuel Zelaya vuelva a la presidencia de Honduras, hay que avisarle que los militares del comando sur están detrás del golpe'', agregó. Morales solicitó a sus pares que ''terminen con la presencia de militares norteamericanos o de cualquier otro país en nuestros países para que se asegure la democracia. Tenemos la obligación de expulsar a las bases norteamericanas porque no es posible que nuestras fuerzas armadas sigan siendo capacitadas cada año por el comando sur''.
''Si un grupo de izquierdistas o guerrilleros hubieran tomado el poder en Honduras, ese comando sur no hubiese tolerado el acto'', presumió. Terminó indicando que ''es tiempo de gobernar subordinados a nuestros pueblos''.
A su turno, Jaime Bermúdez, canciller de Colombia aclaró que en su país ''no existen bases norteamericanas, son bases colombianas pero con asistencia técnica de Estados Unidos. Colombia rechaza el golpe de estado en Honduras, desde el primer día''.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, tras opinar que sólo con la integración se pueden enfrentar las crisis internacionales, se refirió a Honduras: ''damos la condenación más vehemente al retroceso institucional y eso no podemos tolerar''.
La mandataria chilena Michelle Bachelet también exteriorizó su repudio:''lo único que podemos aceptar es que (Manuel) Zelaya recupere su cargo''.
El mandatario uruguayo Tabaré Vázquez consideró que ''el llamado a nuevas elecciones del presidente de facto de Honduras es ilegal; exigimos la pronta restitución de Manuel Zelaya en su cargo''.
La canciller de México, Patricia Espinosa, cuyo país asiste como invitado, dijo que su gobierno ''también condena el golpe de estado en Honduras''.
Espinosa aprovechó de poner a disposición de los países del Mercosur la producción de antivirales que tiene su país no solo para combatir la influenza AH1N1 sino otras enfermedades, expresó. ''México quiere participar en Mercosur'', señaló Espinoza.
La cumbre del Mercosur no pudo eliminar esta vez el doble arancel externo pero aprobó el uso de monedas locales en las transacciones comerciales regionales, descartando al dólar como referencia.
Además, decidió mantener el estado de alerta en la región por la pandemia de influenza AH1N1 y solicitar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) vacunas y antivirales a precios accesibles para la población pobre. La alianza del sur del continente ordenó a sus ministerios de Salud Pública intercambiar recursos humanos y conocimientos para enfrentar la enfermedad.La presidencia pro témpore del organismo será ejercida en los próximos seis meses por Uruguay.
Mercosur es integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos; en tanto Bolivia y Chile son estados asociados. Venezuela espera ingresar al bloque en lo que resta del año; faltan los acuerdos parlamentarios de paraguayos y brasileños.
El presidente venezolano Hugo Chávez no asistió a la cumbre pero sí lo hizo el vicepresidente Ramón Alonso Carrizales. Asunción, Paraguay/AP (El Universal)
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