El gobierno de Estados Unidos reafirmó hoy su apoyo a los esfuerzos antinarcóticos en México y advirtió que, sin mano dura, "el poder y la impunidad" de los narcotraficantes podría convertirse en una mayor amenaza para la seguridad nacional en ese país.
Así lo indicó hoy en una audiencia del subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Anthony Placido, subdirector para asuntos de inteligencia de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) .
"Un México seguro y estable es algo que interesa tanto a Estados Unidos como a México, pero las acciones violentas y la influencia corruptora de las organizaciones del narcotráfico amenazan esa seguridad", subrayó Placido en su testimonio.
Si no se combate al narcotráfico con mano dura, "el poder y la impunidad de estas bandas criminales podría crecer y convertirse en una mayor amenaza para la seguridad nacional de México", dijo.
"Por eso es que es vital nuestra alianza con México bajo la Iniciativa Mérida (un plan de ayuda para combatir el narcotráfico y el crimen organizado) y nuestra responsabilidad compartida para hacer frente a esta amenaza", subrayó el funcionario.
La audiencia se produjo en momentos en que aumenta el descontento popular por la narcoviolencia en México, a la que el presidente Felipe Calderón respondió, en 2007, con el envío de más de 45 mil efectivos y agentes policiales a los puntos más golpeados por el narcotráfico.
Pese a los "esfuerzos heroicos" del Gobierno de Calderón, ha habido "aproximadamente 17 mil 900" muertes relacionadas con el narcotráfico en México, señaló.
Placido describió el sombrío panorama sobre lo que significa el narcotráfico en ambos lados de la frontera común: en México, el concepto de "plata o plomo" está bien establecido en la cultura de los narcos y la narcoviolencia mina la confianza pública en el Gobierno.
En Estados Unidos, dijo, el consumo de drogas se cobra la vida de más de 31 mil personas al año.
La Iniciativa Mérida, que ofrece a México y Centroamérica equipos, capacitación y asistencia técnica y de inteligencia, fue pactada en 2007 por el entonces presidente George W. Bush y Calderón.
Para el año fiscal 2011, el presidente Barack Obama solicitó al Congreso 410 millones de dólares para dicho plan, de los cuales 310 millones irán a México y el resto a América Central.
En la misma audiencia, el "zar antidrogas" de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, reiteró la postura de Washington de que, como país consumidor, Estados Unidos busca estrechar la colaboración con sus socios internacionales para reducir el narcotráfico a nivel global.
"Esos esfuerzos no sólo protegen la salud pública y la seguridad de nuestros ciudadanos, sino que también nos ayudan a cumplir con nuestras responsabilidades para ayudar a aquellas naciones que se han visto gravemente afectadas por el uso de drogas fuera de sus fronteras" , dijo Kerlikowske.
La audiencia sobre el narcotráfico trasnacional y su impacto en la seguridad de Estados Unidos y la estabilidad global dio seguimiento a una que realizó el subcomité en octubre del año pasado.
WASHINGTON
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