Pese a los elogios por una participación de 62 por ciento en las elecciones legislativas celebradas el domingo en Irak, que es analizada como una derrota a los intentos de sabotaje de la insurgencia, la votación fue menor a la de los comicios generales de 2005, que fue de 70 por ciento.
Aunque los resultados parciales de estos comicios no se esperan hasta dentro de dos días y los definitivos hasta el 18 de marzo, los pronósticos extraoficiales ubican a la cabeza a la coalición Estado de Derecho, a la cual pertenece el primer ministro Nuri Maliki, pero se estima que tendrá dificultades para formar una mayoría que le permita mantenerse en el cargo.
De acuerdo con los expertos, entre las causas que imp edirían a Maliki mantenerse en el cargo están las malas relaciones que mantie con los kurdos, que el bloque de Allawi lo acusa de ejercer un poder personalista, y los sunitas le reclaman haber reactivado la política de excluir de cargos públicos a personas vinculadas al partido Baaz de Saddam Hussein, ahorcado en diciembre de 2006.
La Alianza para el Estado de Derecho está a la cabeza principalmente en Bagdad y las nueve provincias chiítas del sur. En cambio, Al Irakiya, del ex primer ministro Iyad Allawi domina en las cuatro provincias con mayoría sunita: Anbar, Salahedin, Nínive y Diyala.
Bagdad
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