A principios de julio hubo unos 200 muertos y 1.700 heridos en violentos ataques de los uigures contra los chinos y las represalias de éstos.
La capital de la provincia noroeste china de Xinjiang, Ürümqi, volvió a ser escenario de protestas dos meses después de los violentos disturbios que dejaron unos 200 muertos, informaron hoy las autoridades.
Varios miles de personas exigieron una mayor protección de las fuerzas de seguridad después de una serie de misteriosos ataques con jeringas contra transeúntes que según la prensa han causado unos 400 heridos. Un enorme despliegue de policía busca evitar que las protestas desemboquen en nuevos enfrentamientos entre etnias.
Nadie ha resultado contagiado ni envenenado por las jeringas, aseguraron las autoridades de salud, y 15 atacantes han sido detenidos, según la agencia oficial Xinhua.
Cuatro de ellos ya han comparecido ante la justicia y pronto se conocerán las sentencias. Por el momento no hay indicios de que los sospechosos pertenezcan a la minoría musulmana uigur, que vive en Xinjiang. Los ataques fueron denunciados tanto por chinos de la etnia han como por uigures, kazajos, mongoles y hui, según Xinhua.
"Los despreciables hechos de los criminales generaron fuerte indignación entre todos los grupos étnicos de Xinjiang", cita la agencia a un funcionario local.
Aunque la mayoría eran chinos, entre los manifestantes que pedían más seguridad había también uigures, pero las protestas generaron temores de nuevos enfrentamientos étnicos.
A principios de julio hubo unos 200 muertos y 1.700 heridos en violentos ataques de los uigures contra los chinos y las represalias de éstos.
El desencadenante de la escalada de la violencia en julio fue una protesta en Urumqi por el asesinato de dos trabajadores uigures de una fábrica en el sur de China, tras rumores de que habían violado a una mujer china.
La etnia uigur, de procedencia turca, se siente discriminada por parte de los chinos, que incorporaron la región al país tras la fundación de la República Popular en 1949. China teme el surgimiento de movimientos separatistas en Xinjiang. Pekín, China (Milenio)
Varios miles de personas exigieron una mayor protección de las fuerzas de seguridad después de una serie de misteriosos ataques con jeringas contra transeúntes que según la prensa han causado unos 400 heridos. Un enorme despliegue de policía busca evitar que las protestas desemboquen en nuevos enfrentamientos entre etnias.
Nadie ha resultado contagiado ni envenenado por las jeringas, aseguraron las autoridades de salud, y 15 atacantes han sido detenidos, según la agencia oficial Xinhua.
Cuatro de ellos ya han comparecido ante la justicia y pronto se conocerán las sentencias. Por el momento no hay indicios de que los sospechosos pertenezcan a la minoría musulmana uigur, que vive en Xinjiang. Los ataques fueron denunciados tanto por chinos de la etnia han como por uigures, kazajos, mongoles y hui, según Xinhua.
"Los despreciables hechos de los criminales generaron fuerte indignación entre todos los grupos étnicos de Xinjiang", cita la agencia a un funcionario local.
Aunque la mayoría eran chinos, entre los manifestantes que pedían más seguridad había también uigures, pero las protestas generaron temores de nuevos enfrentamientos étnicos.
A principios de julio hubo unos 200 muertos y 1.700 heridos en violentos ataques de los uigures contra los chinos y las represalias de éstos.
El desencadenante de la escalada de la violencia en julio fue una protesta en Urumqi por el asesinato de dos trabajadores uigures de una fábrica en el sur de China, tras rumores de que habían violado a una mujer china.
La etnia uigur, de procedencia turca, se siente discriminada por parte de los chinos, que incorporaron la región al país tras la fundación de la República Popular en 1949. China teme el surgimiento de movimientos separatistas en Xinjiang. Pekín, China (Milenio)
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