“Conseguimos el objetivo esencial: un cambio de gobierno con los liberales del FDP”, dijo ayer una Angela Merkel triunfante, tras resultar reelegida como canciller para un nuevo mandato de cuatro años en Alemania.
La CDU/CSU de Merkel (Unión Democristiana/Unión Socialcristiana) obtuvo su peor resultado desde 1949, pero resultó la fuerza más votada del país, con 33.8% de los apoyos, y podrá formar un ansiado gobierno de centroderecha con el Partido Democrático Libre (FDP), que se espera rebaje impuestos para estimular el crecimiento. Con ello disolverá la “gran coalición” formada en 2005 con el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), de centro-izquierda, que ayer sufrió la debacle más grave de su historia.
Los liberales conducidos por Guido Westerwelle, que es barajado como nuevo ministro del Exterior, obtuvieron por el contrario su mejor resultado, con 14.7% de los votos, según las proyecciones con base en los escrutinios parciales. Así, podrán volver a la Cancillería que tuvieron que abandonar en 1998.
La alianza con el Partido Liberal, “socio natural” de la CDU, “era necesaria para sacar adelante al país”, enfatizó la jefa de gobierno, haciendo hincapié en su deseo de convertirse en “la canciller de todos los alemanes”, también de los que no la votaron.
El cerca del 48.5% que suman ambos partidos alcanza para disponer de la mayoría de diputados en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, de acuerdo con el complejo sistema electoral alemán, que contempla la incorporación de mandatos adicionales bajo ciertas circunstancias.
“Somos conscientes de la seriedad de la situación en la que nos encontramos y vamos a trabajar y a buscar un buen programa”, aseguró Angela Merkel en el debate televisivo de los principales líderes políticos.
Debacle socialdemócrata
El gran perdedor de esta jornada electoral, en la que la participación electoral volvió a romper un récord histórico a la baja, 71%, fue sin duda el SPD, que ayer tuvo que soportar “una amarga derrota”, como dijo su candidato, el hasta ahora ministro del Exterior Frank-Walter Steinmeier.
El partido más antiguo de Alemania registró 23.1% de los votos, y pasará a la oposición después de haber gobernado en los últimos 11 años. “Asumo la responsabilidad en esta noche amarga”, dijo Steinmeier, al reconocer que el SPD sufrió “una jornada triste, sin vueltas”. El partido será “un duro rival del futuro gobierno”, aseguró.
Las elecciones confirmaron el declive de los grandes partidos en favor de los pequeños, una tendencia que se registra también en otros países europeos.
Hasta la década de los años 80, el SPD, la CDU y su versión bávara, CSU, aglutinaban más de 80% de los votos, mientras que en estas elecciones apenas superarían 56%.
Así pues, los vencedores fueron los tres pequeños partidos del país: junto a los liberales, Los Verdes y La Izquierda, de comunistas renovados y socialistas. Por el contrario, el partido de extrema derecha NPD no tendrá representación parlamentaria al no superar el mínimo del cinco por ciento requerido.
Merkel podrá formar ahora lo que ya quiso hacer hace cuatro años pero una diferencia de 6 mil votos entonces impidió: un frente de centroderecha. Pero desde entonces la república cambió, sacudida por la crisis económica, y Merkel, en su gestión de gobierno, tomó medidas heterodoxas con un fuerte componente del protagonismo del Estado, como en los planes de rescate para el sistema bancario y de la industria automotriz. La pregunta es si Merkel, librada de alianza con los socialdemócratas, volverá a las posiciones originarias que tenía como candidata. Ayer la canciller recibió las felicitaciones del premier británico, Gordon Brown, y del presidente galo, Nicolas Sarkozy, quien le deseó un “éxito total en la gran tarea que los alemanes le encomendaron”. Berlín, Alemania
La CDU/CSU de Merkel (Unión Democristiana/Unión Socialcristiana) obtuvo su peor resultado desde 1949, pero resultó la fuerza más votada del país, con 33.8% de los apoyos, y podrá formar un ansiado gobierno de centroderecha con el Partido Democrático Libre (FDP), que se espera rebaje impuestos para estimular el crecimiento. Con ello disolverá la “gran coalición” formada en 2005 con el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), de centro-izquierda, que ayer sufrió la debacle más grave de su historia.
Los liberales conducidos por Guido Westerwelle, que es barajado como nuevo ministro del Exterior, obtuvieron por el contrario su mejor resultado, con 14.7% de los votos, según las proyecciones con base en los escrutinios parciales. Así, podrán volver a la Cancillería que tuvieron que abandonar en 1998.
La alianza con el Partido Liberal, “socio natural” de la CDU, “era necesaria para sacar adelante al país”, enfatizó la jefa de gobierno, haciendo hincapié en su deseo de convertirse en “la canciller de todos los alemanes”, también de los que no la votaron.
El cerca del 48.5% que suman ambos partidos alcanza para disponer de la mayoría de diputados en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, de acuerdo con el complejo sistema electoral alemán, que contempla la incorporación de mandatos adicionales bajo ciertas circunstancias.
“Somos conscientes de la seriedad de la situación en la que nos encontramos y vamos a trabajar y a buscar un buen programa”, aseguró Angela Merkel en el debate televisivo de los principales líderes políticos.
Debacle socialdemócrata
El gran perdedor de esta jornada electoral, en la que la participación electoral volvió a romper un récord histórico a la baja, 71%, fue sin duda el SPD, que ayer tuvo que soportar “una amarga derrota”, como dijo su candidato, el hasta ahora ministro del Exterior Frank-Walter Steinmeier.
El partido más antiguo de Alemania registró 23.1% de los votos, y pasará a la oposición después de haber gobernado en los últimos 11 años. “Asumo la responsabilidad en esta noche amarga”, dijo Steinmeier, al reconocer que el SPD sufrió “una jornada triste, sin vueltas”. El partido será “un duro rival del futuro gobierno”, aseguró.
Las elecciones confirmaron el declive de los grandes partidos en favor de los pequeños, una tendencia que se registra también en otros países europeos.
Hasta la década de los años 80, el SPD, la CDU y su versión bávara, CSU, aglutinaban más de 80% de los votos, mientras que en estas elecciones apenas superarían 56%.
Así pues, los vencedores fueron los tres pequeños partidos del país: junto a los liberales, Los Verdes y La Izquierda, de comunistas renovados y socialistas. Por el contrario, el partido de extrema derecha NPD no tendrá representación parlamentaria al no superar el mínimo del cinco por ciento requerido.
Merkel podrá formar ahora lo que ya quiso hacer hace cuatro años pero una diferencia de 6 mil votos entonces impidió: un frente de centroderecha. Pero desde entonces la república cambió, sacudida por la crisis económica, y Merkel, en su gestión de gobierno, tomó medidas heterodoxas con un fuerte componente del protagonismo del Estado, como en los planes de rescate para el sistema bancario y de la industria automotriz. La pregunta es si Merkel, librada de alianza con los socialdemócratas, volverá a las posiciones originarias que tenía como candidata. Ayer la canciller recibió las felicitaciones del premier británico, Gordon Brown, y del presidente galo, Nicolas Sarkozy, quien le deseó un “éxito total en la gran tarea que los alemanes le encomendaron”. Berlín, Alemania
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