Washington anuncia el retiro de 30 millones de dólares de cooperación con Honduras, suspendidos desde el derrocamiento de Zelaya, que ayer se entrevistó con Clinton; Brasil exigirá visados.
El gobierno de Estados Unidos apretó ayer con nuevas sanciones el cerco en torno al gobierno golpista de Roberto Micheletti en Honduras, el cual como respuesta lamentó que se “condene” a un pueblo que “lucha contra la expansión marxista”. Justo después de que el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, se reuniera con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el gobierno estadunidense anunció la retirada definitiva de 30 millones de dólares en ayudas a Honduras, suspendidas desde el golpe de Estado.
El anuncio produjo una cierta sorpresa, pues se esperaba un recorte mayor, así como la declaración de “golpe militar” después de que el Departamento de Estado elaboró un estudio legal sobre lo ocurrido el 28 de junio. “Estados Unidos ha enviado un mensaje claro al régimen de facto de que el status quo es inaceptable”, dijo Philip Crowley, secretario de Estado adjunto. Además, anunció que no reconocerá al ganador de las elecciones que se celebrarán el 29 de noviembre en Honduras, en las que el gobierno de Micheletti tiene puestas sus esperanzas como salida a la crisis política. El gobierno de Brasil, por su parte, anunció ayer que a partir del sábado suspenderá los acuerdos de supresión de visados que mantiene con Honduras desde 2004, incluidos los diplomáticos. La reacción del gobierno de Micheletti a las medidas anunciadas por EU no se hizo esperar, ni tampoco la de Zelaya. El ministro de la Presidencia, Rafael Pineda, consideró que se trata de una medida “poco amistosa” que alinea al gobierno de Barack Obama con el de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, y “condena al pueblo que lucha contra la expansión marxista en Centroamérica y América”. Pineda manifestó que se tratarán de contrarrestar los efectos de la retirada de la ayuda con “austeridad”.
La ministra de Finanzas, Gabriela Núñez, precisó que la medida estadunidense afectará, entre otros, a los cerca de 18 mil campesinos beneficiarios de un programa de negocios agrarios y la construcción de una carretera destinada a agilizar el tránsito de mercancías de Centroamérica. La ministra destacó que mientras EU suspendió la ayuda a Honduras, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgó 163.9 millones de dólares en apoyo a sus reservas como parte de un programa del Grupo de los Veinte (G-20) encaminado a enfrentar la crisis mundial.
“Vamos a seguir luchando con nuestro cabildeo para que se conozca la verdad y que la justicia prevalezca”, dijo, en alusión a la posición del gobierno de Micheletti de que no hubo golpe de Estado contra Zelaya, sino una “sustitución constitucional”. Previamente, Micheletti, designado por el Parlamento tras la destitución de Zelaya, de quien es compañero en el Partido Liberal, había señalado que las sanciones económicas en contra de Honduras “solo harán daño al pueblo hondureño, cuyos hospitales, escuelas, carreteras e infraestructura dependen en parte de la generosa ayuda de EU”. Zelaya se manifestó satisfecho con el “recrudecimiento de las medidas de EU contra los golpistas” y pidió al gobierno de Micheletti que “rectifique” y “deje de (hacer) sufrir” al pueblo hondureño.
Según Zelaya, con la decisión de EU, y a falta de escuchar la posición de Canadá al respecto, “se hace un solo bloque de América, de los 34 países (de la OEA) condenando el golpe, no reconociendo a sus autoridades y tampoco a las autoridades ilegítimas que salgan de unas elecciones fraudulentas, viciadas por la falta de libertad”. Washington, EU (Milenio)
El anuncio produjo una cierta sorpresa, pues se esperaba un recorte mayor, así como la declaración de “golpe militar” después de que el Departamento de Estado elaboró un estudio legal sobre lo ocurrido el 28 de junio. “Estados Unidos ha enviado un mensaje claro al régimen de facto de que el status quo es inaceptable”, dijo Philip Crowley, secretario de Estado adjunto. Además, anunció que no reconocerá al ganador de las elecciones que se celebrarán el 29 de noviembre en Honduras, en las que el gobierno de Micheletti tiene puestas sus esperanzas como salida a la crisis política. El gobierno de Brasil, por su parte, anunció ayer que a partir del sábado suspenderá los acuerdos de supresión de visados que mantiene con Honduras desde 2004, incluidos los diplomáticos. La reacción del gobierno de Micheletti a las medidas anunciadas por EU no se hizo esperar, ni tampoco la de Zelaya. El ministro de la Presidencia, Rafael Pineda, consideró que se trata de una medida “poco amistosa” que alinea al gobierno de Barack Obama con el de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, y “condena al pueblo que lucha contra la expansión marxista en Centroamérica y América”. Pineda manifestó que se tratarán de contrarrestar los efectos de la retirada de la ayuda con “austeridad”.
La ministra de Finanzas, Gabriela Núñez, precisó que la medida estadunidense afectará, entre otros, a los cerca de 18 mil campesinos beneficiarios de un programa de negocios agrarios y la construcción de una carretera destinada a agilizar el tránsito de mercancías de Centroamérica. La ministra destacó que mientras EU suspendió la ayuda a Honduras, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le otorgó 163.9 millones de dólares en apoyo a sus reservas como parte de un programa del Grupo de los Veinte (G-20) encaminado a enfrentar la crisis mundial.
“Vamos a seguir luchando con nuestro cabildeo para que se conozca la verdad y que la justicia prevalezca”, dijo, en alusión a la posición del gobierno de Micheletti de que no hubo golpe de Estado contra Zelaya, sino una “sustitución constitucional”. Previamente, Micheletti, designado por el Parlamento tras la destitución de Zelaya, de quien es compañero en el Partido Liberal, había señalado que las sanciones económicas en contra de Honduras “solo harán daño al pueblo hondureño, cuyos hospitales, escuelas, carreteras e infraestructura dependen en parte de la generosa ayuda de EU”. Zelaya se manifestó satisfecho con el “recrudecimiento de las medidas de EU contra los golpistas” y pidió al gobierno de Micheletti que “rectifique” y “deje de (hacer) sufrir” al pueblo hondureño.
Según Zelaya, con la decisión de EU, y a falta de escuchar la posición de Canadá al respecto, “se hace un solo bloque de América, de los 34 países (de la OEA) condenando el golpe, no reconociendo a sus autoridades y tampoco a las autoridades ilegítimas que salgan de unas elecciones fraudulentas, viciadas por la falta de libertad”. Washington, EU (Milenio)
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