La cita será en Kabul el próximo martes
También se discutirá los avances en la lucha contra la corrupción y el establecimiento de un estado de derecho
La Conferencia Internacional sobre Afganistán que tendrá lugar este martes en Kabul fijará los primeros pasos para el retiro de las fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de ese país a partir de 2011.
Será la primera vez que una conferencia internacional sobre Afganistán tenga lugar en el mismo país, en donde también se discutirá los avances en la lucha contra la corrupción, la gobernanza y el establecimiento de un estado de derecho.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, declaró ante el parlamento alemán el pasado 9 de Julio, que la realización de la conferencia en Kabul demuestra que la situación ha mejorado allí.
El jefe de la diplomacia alemana manifestó que el objetivo de los aliados de la OTAN y de los países que tienen contigentes militares en ese país es “dejar a Afganistán en un estado que sea lo suficientemente bueno”.
Esa declaración también se ha escuchado últimamente de otros ministros de Política Exterior o de Defensa, como la española Carmen Chacón.
La discrepancia con los objetivos iniciales de la incursión militar de la OTAN en Afganistán en 2001 y ese reciente planteamiento es muy clara.
Westerwelle será uno de los 40 Ministros de Asuntos Exteriores que estarán presentes este martes en la conferencia de Kabul, que reunirá a representantes políticos y militares de 70 países, entre ellos la secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton, el secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen, y de la ONU, Ban Ki Moon.
Cuando Estados Unidos y la OTAN pusieron en marcha la ocupación militar de Afganistán como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, la meta era dejar tras de si un país democratizado, con un sólido estado de derecho y capaz de salvaguardar su seguridad interna.
De acuerdo con el experto del Instituto Alemán de Política Internacional y de Seguridad en Berlín, Guido Steinberg, Afganistán era el principal centro de entrenamiento de terroristas de Al Qaeda y nueve años después la guerra en ese país es más cruenta que nunca.
La violencia se ha intensificado y los Talibán han ganado adeptos. La población civil afgana está harta de una guerra en la que ya no reconoce a las fuerzas militares de la OTAN como libertadoras sino como otra fuente de amenazas, lo mismo que a los Talibán, dijo.
En los nueve años transcurridos, Afganistán sigue careciendo de una planta productiva, de empleos para la población y perspectivas para el futuro de los numerosos jóvenes afganos y predomina la pobreza.
Los países de la OTAN, al parecer, ya no abrigan la expectativa de poder lograr los objetivos que se habían fijado inicialmente. Reconocen que Afganistán no puede estabilizarse solo a base de la fuerza militar, pero han fallado en dotar al país de una infraestructura que permita a la población experimentar mejorías en la calidad de vida y por lo tanto apoyar a los aliados y a sus metas. A ello se añade la corrupción.
Shikiba Babori, periodista afgana en Alemania y participante en redes de ayuda a la población de su país, dijo a Notimex que si bien Afganistán siempre había padecido la corrupción, ahora ésta era mucho mayor debido a la gran cantidad de dinero que han llevado al país los representantes políticos y jefes militares de las fuerzas de ocupación.
El gobierno alemán ha descrito un trayecto zizagueante en cuanto a su política en Afganistán. La madre de un soldado alemán que perdió la vida en Afganistán puso este lunes una demanda ante la fiscalía de Alemania contra el Ministro de Defensa, Karl Theodore zu Guttenberg.
La falta de equipo adecuado para los soldados alemanes en ese país ha trascendido a la opinión pública y es la base de esa demanda. Nils Brun falleció el Viernes Santo a 6 kilómetros de Kundus, en el norte afgano, donde están emplazadas las tropas alemanas.
Alemania manifestó desde el inicio de la ocupación de la OTAN que sus soldados no participarían en combates, sino que llevarían a cabo las tareas antes mencionadas.
A ello se sumó que los aviones militares alemanes dotados de equipo especial de vigilancia y radares fueran comisionados con la captación aérea de información sobre los bastiones talibanes y sus desplazamientos, para pasarla a los británicos y estadounidenses, que están en las zonas de batalla.
Kundus, sin embargo, ha pasado de ser una zona libre de combates a convertirse en un escenario de éstos cada vez mas frecuente, con lo que el número de soldados alemanes muertos y heridos ha ido en aumento.
El gobierno alemán dejó el claro durante la declaración de gobierno del Ministro de Exteriores que quiere sacar a sus soldados de ese país.
El Ministro alemán advirtió este día antes de partir a Kabul que una vez que se inicie el retiro de secciones de los contingentes militares, la violencia armada probablemente aumentará.
Berlín, Alemania
También se discutirá los avances en la lucha contra la corrupción y el establecimiento de un estado de derecho
La Conferencia Internacional sobre Afganistán que tendrá lugar este martes en Kabul fijará los primeros pasos para el retiro de las fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de ese país a partir de 2011.
Será la primera vez que una conferencia internacional sobre Afganistán tenga lugar en el mismo país, en donde también se discutirá los avances en la lucha contra la corrupción, la gobernanza y el establecimiento de un estado de derecho.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, declaró ante el parlamento alemán el pasado 9 de Julio, que la realización de la conferencia en Kabul demuestra que la situación ha mejorado allí.
El jefe de la diplomacia alemana manifestó que el objetivo de los aliados de la OTAN y de los países que tienen contigentes militares en ese país es “dejar a Afganistán en un estado que sea lo suficientemente bueno”.
Esa declaración también se ha escuchado últimamente de otros ministros de Política Exterior o de Defensa, como la española Carmen Chacón.
La discrepancia con los objetivos iniciales de la incursión militar de la OTAN en Afganistán en 2001 y ese reciente planteamiento es muy clara.
Westerwelle será uno de los 40 Ministros de Asuntos Exteriores que estarán presentes este martes en la conferencia de Kabul, que reunirá a representantes políticos y militares de 70 países, entre ellos la secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton, el secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen, y de la ONU, Ban Ki Moon.
Cuando Estados Unidos y la OTAN pusieron en marcha la ocupación militar de Afganistán como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, la meta era dejar tras de si un país democratizado, con un sólido estado de derecho y capaz de salvaguardar su seguridad interna.
De acuerdo con el experto del Instituto Alemán de Política Internacional y de Seguridad en Berlín, Guido Steinberg, Afganistán era el principal centro de entrenamiento de terroristas de Al Qaeda y nueve años después la guerra en ese país es más cruenta que nunca.
La violencia se ha intensificado y los Talibán han ganado adeptos. La población civil afgana está harta de una guerra en la que ya no reconoce a las fuerzas militares de la OTAN como libertadoras sino como otra fuente de amenazas, lo mismo que a los Talibán, dijo.
En los nueve años transcurridos, Afganistán sigue careciendo de una planta productiva, de empleos para la población y perspectivas para el futuro de los numerosos jóvenes afganos y predomina la pobreza.
Los países de la OTAN, al parecer, ya no abrigan la expectativa de poder lograr los objetivos que se habían fijado inicialmente. Reconocen que Afganistán no puede estabilizarse solo a base de la fuerza militar, pero han fallado en dotar al país de una infraestructura que permita a la población experimentar mejorías en la calidad de vida y por lo tanto apoyar a los aliados y a sus metas. A ello se añade la corrupción.
Shikiba Babori, periodista afgana en Alemania y participante en redes de ayuda a la población de su país, dijo a Notimex que si bien Afganistán siempre había padecido la corrupción, ahora ésta era mucho mayor debido a la gran cantidad de dinero que han llevado al país los representantes políticos y jefes militares de las fuerzas de ocupación.
El gobierno alemán ha descrito un trayecto zizagueante en cuanto a su política en Afganistán. La madre de un soldado alemán que perdió la vida en Afganistán puso este lunes una demanda ante la fiscalía de Alemania contra el Ministro de Defensa, Karl Theodore zu Guttenberg.
La falta de equipo adecuado para los soldados alemanes en ese país ha trascendido a la opinión pública y es la base de esa demanda. Nils Brun falleció el Viernes Santo a 6 kilómetros de Kundus, en el norte afgano, donde están emplazadas las tropas alemanas.
Alemania manifestó desde el inicio de la ocupación de la OTAN que sus soldados no participarían en combates, sino que llevarían a cabo las tareas antes mencionadas.
A ello se sumó que los aviones militares alemanes dotados de equipo especial de vigilancia y radares fueran comisionados con la captación aérea de información sobre los bastiones talibanes y sus desplazamientos, para pasarla a los británicos y estadounidenses, que están en las zonas de batalla.
Kundus, sin embargo, ha pasado de ser una zona libre de combates a convertirse en un escenario de éstos cada vez mas frecuente, con lo que el número de soldados alemanes muertos y heridos ha ido en aumento.
El gobierno alemán dejó el claro durante la declaración de gobierno del Ministro de Exteriores que quiere sacar a sus soldados de ese país.
El Ministro alemán advirtió este día antes de partir a Kabul que una vez que se inicie el retiro de secciones de los contingentes militares, la violencia armada probablemente aumentará.
Berlín, Alemania
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