Los ausentes serán Hugo Chávez y Raúl Castro, los principales referentes de la izquierda en la región, que no han confirmado su asistencia.
Colombia y Ecuador se estrecharían las manos para poner fin a casi dos años de roces diplomáticos en la cumbre del Grupo de Río, que buscará la próxima semana unir a una región dividida entre la derecha y la izquierda.
Quito y Bogotá rompieron lazos diplomáticos en marzo del 2008 tras un bombardeo y una posterior incursión del Ejército colombiano en territorio del vecino andino para destruir un campamento guerrillero, que acabó con 25 supuestos rebeldes muertos.
Pero el presidente colombiano, Alvaro Uribe, y el ecuatoriano, Rafael Correa -que protestó por la violación de la soberanía territorial-, dieron señales de acercamiento y planean reunirse en la cumbre del Grupo de Río, a celebrarse el lunes y el martes cerca del balneario mexicano de Cancún.
En ese encuentro, el primero formal y cara a cara entre ambos mandatarios desde que rompieron relaciones, podrían designar a sus respectivos embajadores en los países para dar por superada la disputa.
"Una de las expectativas mayores en la cumbre se refiere a los últimos pasos en el proceso de reconciliación entre los presidentes de Colombia y Ecuador", dijo Rodrigo Salazar, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Los intentos por zanjar diferencias serán la esencia de la cumbre, a la que fueron convocados 34 países latinoamericanos y caribeños con excepción de Honduras, cuyo reconocimiento internacional no acaba de resolverse tras asumir en enero un nuevo presidente meses después de un golpe de Estado.
México, anfitrión del encuentro y que traspasará el cetro del Grupo de Río a Chile, dijo que Honduras no fue invitada ya que la Organización de Estados Americanos (OEA) -que expulsó a la nación centroamericana tras el golpe contra Manuel Zelaya- no ha reconocido al nuevo mandatario Porfirio Lobo.
Los dos grandes ausentes de la cumbre podrían ser el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el líder de Cuba, Raúl Castro, los principales referentes de la izquierda en la región, que hasta el viernes no han confirmado su asistencia.
Un grupo de presidentes de Centroamérica podría presionar en la cumbre para que se incluya un llamado a normalizar las relaciones con Honduras, después de que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM) ya lo hicieran.
"Sé que los mandatarios centroamericanos quisieran plantear el tema", dijo el subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería mexicana, Salvador Beltrán del Río.
En la reunión, que lleva el nombre de Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, podrían quedar agrupados los países en un nuevo mecanismo "para ir en forma coordinada y con propuestas consensuadas regionalmente", agregó Beltrán.
Pero los esfuerzos para unir a la región parecen una misión imposible ante las fisuras, algunas muy profundas, entre vecinos que atraviesan por tormentas diplomáticas, como es el caso de Venezuela y Colombia.
En el más reciente episodio de confrontación, el venezolano Chávez, que rechaza un acuerdo que permite a Estados Unidos usar bases militares en Colombia, ordenó destruir dos puentes fronterizos por considerarlos ilegales.
Por otra parte, las relaciones entre Chile y Perú han atravesado recientemente por su peor nivel de los últimos años luego de que Lima acusara a Santiago de espionaje.
"Es un fin muy necesario que América Latina y el Caribe tengan una voz. Sin embargo, la historia demuestra que las fisuras en la región constituyen un obstáculo difícil de sortear", opinó Carlos Rodríguez Arechavaleta, profesor de la mexicana Universidad Iberoamericana.
"¿Cómo integrar a países que han tenido políticas radicalmente opuestas?", se preguntó Rodríguez.
En la cumbre harán su primera aparición internacional el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, quien sucederá el 11 de marzo a Michelle Bachelet; y la mandataria costarricense electa, Laura Chinchilla.
Ciudad de México
Colombia y Ecuador se estrecharían las manos para poner fin a casi dos años de roces diplomáticos en la cumbre del Grupo de Río, que buscará la próxima semana unir a una región dividida entre la derecha y la izquierda.
Quito y Bogotá rompieron lazos diplomáticos en marzo del 2008 tras un bombardeo y una posterior incursión del Ejército colombiano en territorio del vecino andino para destruir un campamento guerrillero, que acabó con 25 supuestos rebeldes muertos.
Pero el presidente colombiano, Alvaro Uribe, y el ecuatoriano, Rafael Correa -que protestó por la violación de la soberanía territorial-, dieron señales de acercamiento y planean reunirse en la cumbre del Grupo de Río, a celebrarse el lunes y el martes cerca del balneario mexicano de Cancún.
En ese encuentro, el primero formal y cara a cara entre ambos mandatarios desde que rompieron relaciones, podrían designar a sus respectivos embajadores en los países para dar por superada la disputa.
"Una de las expectativas mayores en la cumbre se refiere a los últimos pasos en el proceso de reconciliación entre los presidentes de Colombia y Ecuador", dijo Rodrigo Salazar, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Los intentos por zanjar diferencias serán la esencia de la cumbre, a la que fueron convocados 34 países latinoamericanos y caribeños con excepción de Honduras, cuyo reconocimiento internacional no acaba de resolverse tras asumir en enero un nuevo presidente meses después de un golpe de Estado.
México, anfitrión del encuentro y que traspasará el cetro del Grupo de Río a Chile, dijo que Honduras no fue invitada ya que la Organización de Estados Americanos (OEA) -que expulsó a la nación centroamericana tras el golpe contra Manuel Zelaya- no ha reconocido al nuevo mandatario Porfirio Lobo.
Los dos grandes ausentes de la cumbre podrían ser el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el líder de Cuba, Raúl Castro, los principales referentes de la izquierda en la región, que hasta el viernes no han confirmado su asistencia.
Un grupo de presidentes de Centroamérica podría presionar en la cumbre para que se incluya un llamado a normalizar las relaciones con Honduras, después de que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM) ya lo hicieran.
"Sé que los mandatarios centroamericanos quisieran plantear el tema", dijo el subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería mexicana, Salvador Beltrán del Río.
En la reunión, que lleva el nombre de Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, podrían quedar agrupados los países en un nuevo mecanismo "para ir en forma coordinada y con propuestas consensuadas regionalmente", agregó Beltrán.
Pero los esfuerzos para unir a la región parecen una misión imposible ante las fisuras, algunas muy profundas, entre vecinos que atraviesan por tormentas diplomáticas, como es el caso de Venezuela y Colombia.
En el más reciente episodio de confrontación, el venezolano Chávez, que rechaza un acuerdo que permite a Estados Unidos usar bases militares en Colombia, ordenó destruir dos puentes fronterizos por considerarlos ilegales.
Por otra parte, las relaciones entre Chile y Perú han atravesado recientemente por su peor nivel de los últimos años luego de que Lima acusara a Santiago de espionaje.
"Es un fin muy necesario que América Latina y el Caribe tengan una voz. Sin embargo, la historia demuestra que las fisuras en la región constituyen un obstáculo difícil de sortear", opinó Carlos Rodríguez Arechavaleta, profesor de la mexicana Universidad Iberoamericana.
"¿Cómo integrar a países que han tenido políticas radicalmente opuestas?", se preguntó Rodríguez.
En la cumbre harán su primera aparición internacional el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, quien sucederá el 11 de marzo a Michelle Bachelet; y la mandataria costarricense electa, Laura Chinchilla.
Ciudad de México
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