El informe del grupo israelí reúne 54 testimonios anónimos de efectivos que participaron en la operación "Plomo sólido".
Bombardeos innecesarios y descontrolados, fuego indiscriminado y uso de civiles como escudos humanos durante la ofensiva israelí en la Franja de Gaza: son algunas de las acusaciones contra el Ejército hebreo relatadas por sus propios soldados y publicadas hoy por la ONG Rompiendo el Silencio.
El informe del grupo israelí reúne 54 testimonios anónimos de efectivos que participaron en la operación "Plomo sólido", que durante tres semanas, hasta el 18 de enero, dejó más de 1.400 palestinos muertos y otros 5.000 heridos en la Franja de Gaza.
Además de esos abusos puntuales, varios efectivos destacaron una atmósfera general por parte de la cúpula militar que alentaba una agresión sin contemplaciones y sin reparos morales contra los palestinos.
Los soldados destruyeron así mezquitas y viviendas sin justificación, utilizaron bombas de fósforo en zonas densamente pobladas y dispararon contra propiedad privada como computadoras o televisores, según los testimonios.
"Ni uno sólo de mis soldados perderá un pelo. No estoy dispuesto a permitir que uno de mis soldados se ponga en riesgo por una duda. Si no estás seguro, ¡dispara!", citó uno de los informantes a su comandante.
Para el combate en zonas habitadas, según las fuentes, la instrucción era: "Cualquiera es enemigo; no hay inocentes". Un jefe de batallón es citado en el informe afirmando: "Mi mejor intérprete de árabe es mi lanzagranadas".
Otro soldado se refirió a un ambiente general de "odio y alegría por los muertos" entre sus camaradas. Muchos se sentían como "un niño que prende fuego a las hormigas con una lupa", relató otro.
El informe de Rompiendo el Silencio se suma a otros con denuncias similares de diversas organizaciones humanitarias, incluyendo Human Rights Watch y Amnistía Internacional, si bien en este caso las acusaciones tienen especial relevancia por provenir de los propios soldados.
Michael Manekin, miembro de la organización, destacó que los testimonios demuestran "que la forma inmoral en que se llevó adelante la guerra fue culpa del sistema, y no de los soldados individualmente".
"Éste es un llamado urgente a la sociedad y los líderes israelíes a echar una mirada sin velos a la estupidez de nuestra política", continuó.
El Ejército rechazó el informe y lamentó "que otra organización humanitaria en Israel y en el mundo presente un informe basado en testimonios anónimos y generales, sin examinar su fundamento y su credibilidad".
El estudio constituye "una difamación y una calumnia del Ejército israelí y sus comandantes", continuó.
"Rompiendo en silencio debería instar a quienes hicieron esas acusacioens a 'romper su silencio' en serio, presentando las denuncias específicas", añadieron fuentes militares en una reacción escrita enviada a la agencia dpa.
DPA/Tel Aviv, Israel (Milenio)
El informe del grupo israelí reúne 54 testimonios anónimos de efectivos que participaron en la operación "Plomo sólido", que durante tres semanas, hasta el 18 de enero, dejó más de 1.400 palestinos muertos y otros 5.000 heridos en la Franja de Gaza.
Además de esos abusos puntuales, varios efectivos destacaron una atmósfera general por parte de la cúpula militar que alentaba una agresión sin contemplaciones y sin reparos morales contra los palestinos.
Los soldados destruyeron así mezquitas y viviendas sin justificación, utilizaron bombas de fósforo en zonas densamente pobladas y dispararon contra propiedad privada como computadoras o televisores, según los testimonios.
"Ni uno sólo de mis soldados perderá un pelo. No estoy dispuesto a permitir que uno de mis soldados se ponga en riesgo por una duda. Si no estás seguro, ¡dispara!", citó uno de los informantes a su comandante.
Para el combate en zonas habitadas, según las fuentes, la instrucción era: "Cualquiera es enemigo; no hay inocentes". Un jefe de batallón es citado en el informe afirmando: "Mi mejor intérprete de árabe es mi lanzagranadas".
Otro soldado se refirió a un ambiente general de "odio y alegría por los muertos" entre sus camaradas. Muchos se sentían como "un niño que prende fuego a las hormigas con una lupa", relató otro.
El informe de Rompiendo el Silencio se suma a otros con denuncias similares de diversas organizaciones humanitarias, incluyendo Human Rights Watch y Amnistía Internacional, si bien en este caso las acusaciones tienen especial relevancia por provenir de los propios soldados.
Michael Manekin, miembro de la organización, destacó que los testimonios demuestran "que la forma inmoral en que se llevó adelante la guerra fue culpa del sistema, y no de los soldados individualmente".
"Éste es un llamado urgente a la sociedad y los líderes israelíes a echar una mirada sin velos a la estupidez de nuestra política", continuó.
El Ejército rechazó el informe y lamentó "que otra organización humanitaria en Israel y en el mundo presente un informe basado en testimonios anónimos y generales, sin examinar su fundamento y su credibilidad".
El estudio constituye "una difamación y una calumnia del Ejército israelí y sus comandantes", continuó.
"Rompiendo en silencio debería instar a quienes hicieron esas acusacioens a 'romper su silencio' en serio, presentando las denuncias específicas", añadieron fuentes militares en una reacción escrita enviada a la agencia dpa.
DPA/Tel Aviv, Israel (Milenio)
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