La represión militar cobró ayer las primeras víctimas mortales en la capital, durante la multitudinaria movilización que se dio cita para esperar el fallido regreso del presidente constitucional.
El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya no logró aterrizar en Tegucigalpa la tarde de ayer, como había anunciado, pese a intentarlo, en una jornada en que la crisis política abierta hace siete días cobró sus primeras dos muertes. Un joven de 19 años, identificado como Isis Obed Murillo, murió de un balazo en la cabeza, y al menos otras diez personas resultaron heridas en enfrentamientos entre seguidores de Zelaya y militares en el aeropuerto internacional de Toncontin, hasta donde llegaron varios miles de sus seguidores para recibirlo procedente de Washington.
Cerca de 30 mil personas según la prensa, y unas 100 mil según los organizadores del pro-zelayista Bloque Popular, se congregaron desde el mediodía en los alrededores de la terminal aérea, en la manifestación más multitudinaria que ha tenido lugar en el país desde que los militares derrocaron y expulsaron el 28 de junio al presidente liberal Zelaya, y pusieron en su lugar a su compañero de filas, Roberto Micheletti. “Tenemos dos muertos y dos heridos. La policía no ha disparado. Han sido los militares”, dijo el comisario de policía Mario Mendoza.
Las fuerzas de seguridad repelieron a un grupo de manifestantes, armados con palos y piedras, que al grito de “¡asesinos, asesinos!” habían roto las vallas de seguridad de la pista del aeropuerto de Toncontin, siendo recibidos por disparos y gases lacrimógenos.
Tras sobrevolar un par veces el aeropuerto y cuando la Fuerza Aérea hondureña se disponía a enviar aviones de combate, el aparato de Zelaya, cone matrícula venezolana, viró y puso rumbo a Nicaragua, de donde se trasladó más tarde al vecino El Salvador.
Durante la jornada, el gobierno golpista hizo continuas conexiones en cadena nacional para retransmitir mensajes repetidos del propio Micheletti y de la Iglesia católica lo que dejó a las emisoras de radio y televisión sin capacidad para poder dar cuenta de lo que estaba sucediendo en la capital.
Fue la cadena de tv latinoamericana Telesur, con sede en Caracas, la que logró una cobertura en vivo de la represión militar contra los manifestantes, luego de que el gobierno de facto advirtió desde el sábado que no permitiría el acceso de Manuel Zelaya, acompañado del presidente de la Asamblea General de la ONU, el sacerdote nicaragüense Miguel D’Escoto.
Zelaya viajó a su país tras asistir la noche del sábado a la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se suspendió a Honduras del sistema interamericano.
Una vocera del gobierno de facto, la vicecanciller Martha Alvarado, propuso ayer a la OEA un diálogo “de buena fe”, lo que fue rechazado poco después por Micheletti, quien en rueda de prensa afirmó que “no tengo que negociar con nadie más que con la población hondureña”, restándole crédito a Alvarado.
“A partir de mañana la responsabilidad recae sobre las potencias, especialmente Estados Unidos” para tomar “acciones inmediatas” contra el régimen golpista”, dijo Zelaya en declaraciones desde el aire a Telesur.
A su llegada al aeropuerto internacional de San Salvador, Zelaya se unió a los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; Argentina, Cristina Fernández, y Paraguay, Fernando Lugo, así como el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, llegados también procedentes de Washington.
Agencias/Tegucigalpa, Honduras (Milenio)
lunes, 6 de julio de 2009
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