miércoles, 3 de junio de 2009

Esposa de Berlusconi lo pone a la defensiva


El primer ministro italiano ha salido a defenderse de las acusaciones del último mes por las acusaciones de su esposa por un amor inapropiado con una modelo de 18 años


Hace varias semanas, Silvio Berlusconi parecía tener un control firme y absoluto del poder, pero ahora el primer ministro italiano parece súbitamente vulnerable por parte de su propia esposa debido a un supuesto lío de faldas.
La oposición izquierdista y varios medios de comunicación siguieron presionando el miércoles a Berlusconi, que ha tenido que defenderse gran parte del último mes de las acusaciones de su esposa de que tuvo un amorío inapropiado con una modelo de 18 años.
Además, y a consecuencia de ese escándalo, Berlusconi ha sido atacado por sus explicaciones en torno al uso de un avión presidencial para trasladar a varios amigos, artistas y divas a varias recepciones en su villa veraniega de Cerdeña.
La oposición acusó el miércoles al primer ministro de haber casi triplicado el uso de los aviones gubernamentales en comparación con los anteriores gobiernos izquierdistas.
La oficina del primer ministro se sintió obligada esta semana a negar cualquier utilización indebida de un avión estatal para transportar a sus amigos a la isla de Cerdeña tras las quejas de un grupo de consumidores, e insistió que los pasajeros adicionales no supusieron costo alguno para el erario.
Empero, Berlusconi parece haber comenzado a perder su fama de invencibilidad ante la persistencia del escándalo: Los diarios publicaron fotos esta semana de varias personas cuando descendían del avión presidencial, entre ellas una joven bailarina de flamenco y un cantante napolitano.
El escándalo ha comenzado a hacer mella en el primer ministro, que generalmente exuda optimismo.
Al llegar esta semana al palacio presidencial para asistir a una recepción con motivo de un festejo patrio, Berlusconi pareció un tanto desconcertado entre algún abucheo y vítores generales del público que se arremolinaba frente a la residencia.
''¡Bribón!'' le gritón un hombre al primer ministro cuando Berlusconi entraba en su palacio renacentista. Una vez dentro, el magnate de los medios informativos de 72 años sonrió ampliamente y respondió con un lacónico ''Bien'' al ser preguntado por un periodista cómo se sentía. Roma, Italia. AP (El Universal)

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