El asunto sin embargo amenaza con opacar el encuentro debido a las tensiones que han generado las divergentes posturas e intereses que acompañan las discusiones, todavía abiertas debido al fracaso de las reuniones previas para buscar una propuesta consensuada.
La Organización de Estados Americanos (OEA) inició hoy su anual Asamblea General en la hondureña ciudad San Pedro Sula, un encuentro considerado "histórico" por el debate sobre el eventual reingreso de Cuba al organismo.
El asunto sin embargo amenaza con opacar el encuentro debido a las tensiones que han generado las divergentes posturas e intereses que acompañan las discusiones, todavía abiertas debido al fracaso de las reuniones previas para buscar una propuesta consensuada.
El encuentro fue inaugurado oficialmente por el presidente hondureño, Manuel Zelaya, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
En la ceremonia están también presentes el mandatario de Paraguay, Fernando Lugo, y su par de Nicaragua, Daniel Ortega, quien llegó justo al comienzo de la sesión.
Una asistencia presidencial inusual que podría verse ampliada durante la jornada, ya que según medios locales no se descarta la visita del venezolano Hugo Chávez e incluso del boliviano Evo Morales, aunque este extremo no ha sido confirmado oficialmente.
En el encuentro a nivel de cancilleres de los 34 Estados miembro de la OEA, los jefes de la diplomacia hemisférica deberán aprobar una declaración final cuyo lema central es "Hacia una cultura de la no violencia", un problema que genera gran preocupación en una región especialmente afectada por este flagelo.
Sin embargo, el tema Cuba es el que más tensiones está generando. Si bien la isla ha reiterado en los últimos tiempos su absoluto desinterés por retornar al organismo que la excluyó en 1962 por su filiación comunista, la derogación de la resolución por la que fue marginada de la institución se ha convertido en un arma arrojadiza entre concepciones distintas de la OEA y sus principios y objetivos en el seno del sistema americano.
Así, países como Nicaragua, Venezuela o Bolivia exigen una derogación de la sanción como un acto de reparación histórica y rechazan categóricamente que ésta contemple condición alguna, algo que califican de injerencismo.
Estados Unidos por el contrario condiciona cualquier revisión del statu quo cubano a que este proceso vaya acompañado de un compromiso democrático "claro" por parte de la isla, según descataron fuentes de la OEA en San Pedro Sula.
Ante la imposibilidad de acercar posiciones, el grupo de trabajo encargado de buscar una propuesta de resolución consensuada se declaró la víspera incapaz de cumplir su cometido y cerró sus negociaciones, dejando el asunto a niveles "superiores", es decir, los cancilleres, que ahora se enfrentan a hasta cuatro resoluciones distintas. San Padro Sula, Honduras. DPA (Milenio)
martes, 2 de junio de 2009
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