martes, 12 de mayo de 2009

Decepción en Israel por discurso del Papa en Memorial de Holocausto

A diferencia de su antecesor Juan Pablo II, que fue recibido con entusiasmo en Israel y manifestó una calidez humana auténtica, Benedicto irradia una especie de control de sí, rayano con la gelidez, opina el catedrático Zegev.

El discurso pronunciado por Benedicto XVI en Yad Vashem causó decepción en muchos israelíes, que esperaban palabras más claras del Papa alemán en el monumento a los seis millones de judíos europeos asesinados por la Alemania nazi.
En contraste con lo que esperaban muchos judíos, Benedicto no se refirió expresamente al papel que desempeñó la Iglesia Católica en el exterminio judío.
"Se perdió una oportunidad histórica", lamentó en declaraciones a una radio pública Israel Lau, ex gran rabino de Israel y superviviente del Holocausto. Lau, actual presidente del consejo de Yad Vashem, criticó el hecho de que el Pontífice no hubiese mencionado a los seis millones de víctimas judías.
A diferencia de Juan Pablo II, Benedicto no empleó la palabra "asesinados", sino que habló de "matados", se quejó Lau, para resaltar acto seguido que los asesinos no fueron llamados por su nombre en la alocución.
"El último punto que me falta es quizás el más importante: compasión para con el pueblo judío que perdió a un tercio de sus miembros". El Papa, por su parte, había dicho: "La Iglesia Católica, que está comprometida con las enseñanzas de Jesús y deseosa de acercar su amor a toda la humanidad, siente profunda compasión por las víctimas que son rememoradas aquí".
El director de Yad Vashem, Avner Shalev, vio, en cambio, "aspectos positivos" en el discurso del Papa, pero echó de menos algunos elementos.
El Papa debiera haber hecho referencia a su origen alemán, dijo hoy Shalev para quien en Yad Vashem es imperativo nombrar a la Alemania nazi "no por la culpa, sino por el aspecto de la responsabilidad".
También los medios israelíes reflejaban hoy el descontento. El diario de mayor tirada, "Yediot Ahronot" titula en portada "No se disculpó", mientras que "Maariv" abre con "Sin disculpas" y "Haaretz" cataloga el discurso de conmovedor pero insuficiente.
El conocido historiador israelí Tom Zegev, califica en "Haaretz" la alocución de Benedicto de "inesperadamente banal". "No hay nada más fácil que manifestarse conmovido cuando se habla del Holocausto, cuando se identifica con el dolor y el duelo. Cuando esto no se hace es una señal de que no se lo hace deliberadamente".
A diferencia de su antecesor Juan Pablo II, que fue recibido con entusiasmo en Israel y manifestó una calidez humana auténtica, Benedicto irradia una especie de control de sí, rayano con la gelidez, opina el catedrático Zegev.
El portavoz del Papa, Federico Lombardi, salió hoy al cruce de las críticas. La visita de Benedicto a Yad Vashem tuvo el propósito de mantener viva la memoria de las víctimas del Holocausto, dijo.
Lombardi recordó que Benedicto se refirió en varias ocasiones pasadas a su condición de alemán, entre ellas en la sinagoga de Colonia y en el antiguo campo de exterminio de Auschwitz.
"(El Papa) no cree que tenga que repetir todo el tiempo y en cada alocución los puntos a los que ustedes se refieren", respondió a la prensa.
Asimismo, Lombardi negó categóricamente que el máximo dignatario de la Iglesia Católica hubiese pertenecido a las Juventudes Hitlerianas, como señalaron numerosos medios en vísperas de la visita pastoral a Israel.
"El Papa nunca estuvo en las Juventudes Hitlerianas. Nunca, nunca, nunca", fue rotundo el portavoz en un rueda de prensa ofrecida en Jerusalén.
Lombardi explicó que el Papa de origen alemán fue forzado a los 16 años a sumarse a las fuerzas encargadas de las baterías antiaéreas en su pueblo natal, en Baviera.
DPA. Jerusalén, Israel. DPA (Milenio)

No hay comentarios:

Publicar un comentario