Señalan que la recesión en la que se hundió Irlanda parece ayudar al gobierno de Brian Cowen
La recesión en la que se hundió Irlanda por la crisis económica parece paradójicamente ayudar al gobierno de Brian Cowen a solucionar uno de los grandes problemas de su mandato como primer ministro: la aprobación del Tratado de Lisboa.
Con un nuevo referendo confirmado para el 2 de octubre próximo, Cowen lanzó una campaña a favor del "sí" asegurando que el país no se encuentra ahora en peor situación gracias a que pertenece a la zona euro, junto a otros 15 de la Unión Europea (UE).
La fortaleza del euro ya fue alabada como el ancla de la UE en medio a la crisis por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y por los gobiernos de algunas de las mayores economías del bloque.
"Ser miembro de la zona euro ha sido un factor enorme en nuestra capacidad de afrontar la crisis y mantener la estabilidad económica del país", afirmó Cowen en recientes entrevistas y tratará de convencer de ello a la población irlandesa.
Para eso, su gobierno está echando mano de un bombardeo de informaciones en campañas publicitarias en radio, televisión y una página web creada exclusivamente para explicar el complejo tratado. Y es que una de las causas del rechazo irlandés en el primer referendo, celebrado en junio de 2008, fue la desinformación de los votantes, según una investigación al respeto llevada a cabo por el gobierno.
Cowen también trata de explicar a los irlandeses que pedirles que participen de una segunda votación no significa que la UE no lleve en cuenta su primera opinión.
Por el contrario destacó que tanto se llevan en cuenta las preocupaciones irlandesas que se le ha concedido garantías jurídicas asegurando que el país mantendrá su autonomía en cuestiones de impuestos, neutralidad militar y asuntos éticos.
"Eso pone un punto final a los miedos, mitos e informaciones equivocadas que han marcado la campaña del año pasado", sostuvo Cowen.
Si el pasado referendo fue rechazado por la población por miedo de que todo eso se perdiera, ahora el gobierno afirma que es justamente la no aprobación del Tratado de Lisboa lo que podría quitar de Irlanda sus características más apreciadas.
"Si queremos un acuerdo legalmente vinculante sobre el derecho a la vida, a la protección de la familia, los impuestos y nuestra tradicional política de neutralidad militar, debemos ir adelante y ratificar el tratado", defendió el ministro irlandés de Exteriores, Michael Martin.
La ratificación del Tratado de Lisboa implicará en una serie de cambios en el seno de las instituciones europeas, como en el número de diputados en el Parlamento, en la creación del puesto de presidente europeo, y en la formación del cuerpo de comisarios.
No obstante, a cambio de realizar el segundo referendo, Irlanda recibió la garantía de que los 27 países miembros seguirán contando con un comisario en el Ejecutivo. De no aprobarse el acuerdo, el número de comisarios será reducido a 26, siguiendo las disposiciones del vigente Tratado de Niza.
Al parecer Cowen y su equipo van por el buen camino. El "sí" tiene el apoyo de casi todos los grupos políticos, excepto el nacionalista Sinn Fein. La encuesta más reciente, de junio pasado, pronosticó 54 por ciento de votos a favor, 28 por ciento en contra y 18 por ciento de indecisos. (Con información de Notimex/CFE) Bruselas, Bélgica (El Financiero)
Con un nuevo referendo confirmado para el 2 de octubre próximo, Cowen lanzó una campaña a favor del "sí" asegurando que el país no se encuentra ahora en peor situación gracias a que pertenece a la zona euro, junto a otros 15 de la Unión Europea (UE).
La fortaleza del euro ya fue alabada como el ancla de la UE en medio a la crisis por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y por los gobiernos de algunas de las mayores economías del bloque.
"Ser miembro de la zona euro ha sido un factor enorme en nuestra capacidad de afrontar la crisis y mantener la estabilidad económica del país", afirmó Cowen en recientes entrevistas y tratará de convencer de ello a la población irlandesa.
Para eso, su gobierno está echando mano de un bombardeo de informaciones en campañas publicitarias en radio, televisión y una página web creada exclusivamente para explicar el complejo tratado. Y es que una de las causas del rechazo irlandés en el primer referendo, celebrado en junio de 2008, fue la desinformación de los votantes, según una investigación al respeto llevada a cabo por el gobierno.
Cowen también trata de explicar a los irlandeses que pedirles que participen de una segunda votación no significa que la UE no lleve en cuenta su primera opinión.
Por el contrario destacó que tanto se llevan en cuenta las preocupaciones irlandesas que se le ha concedido garantías jurídicas asegurando que el país mantendrá su autonomía en cuestiones de impuestos, neutralidad militar y asuntos éticos.
"Eso pone un punto final a los miedos, mitos e informaciones equivocadas que han marcado la campaña del año pasado", sostuvo Cowen.
Si el pasado referendo fue rechazado por la población por miedo de que todo eso se perdiera, ahora el gobierno afirma que es justamente la no aprobación del Tratado de Lisboa lo que podría quitar de Irlanda sus características más apreciadas.
"Si queremos un acuerdo legalmente vinculante sobre el derecho a la vida, a la protección de la familia, los impuestos y nuestra tradicional política de neutralidad militar, debemos ir adelante y ratificar el tratado", defendió el ministro irlandés de Exteriores, Michael Martin.
La ratificación del Tratado de Lisboa implicará en una serie de cambios en el seno de las instituciones europeas, como en el número de diputados en el Parlamento, en la creación del puesto de presidente europeo, y en la formación del cuerpo de comisarios.
No obstante, a cambio de realizar el segundo referendo, Irlanda recibió la garantía de que los 27 países miembros seguirán contando con un comisario en el Ejecutivo. De no aprobarse el acuerdo, el número de comisarios será reducido a 26, siguiendo las disposiciones del vigente Tratado de Niza.
Al parecer Cowen y su equipo van por el buen camino. El "sí" tiene el apoyo de casi todos los grupos políticos, excepto el nacionalista Sinn Fein. La encuesta más reciente, de junio pasado, pronosticó 54 por ciento de votos a favor, 28 por ciento en contra y 18 por ciento de indecisos. (Con información de Notimex/CFE) Bruselas, Bélgica (El Financiero)
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